Actividad: Trabajos diversos dentro de la exploración de la T-39
Fecha: 2 de julio de 2018
Lugar: TO 39 Sierra del Nevero
Participantes: Alvaro Mateo y Jose Romero, ambos miembros del GES de la SEM
Objetivo: Abastecer el vivac, topografía, desobstrucción de incógnitas
Memoria:
La entrada estaba prevista para 4 personas, con 4 días y 3 noches de duración. Una semana antes vemos reducido el equipo a 3 participantes y decidimos modificarla a 3 días con 2 noches pero entrando el primer día temprano y llegando a punta. La tarde antes de la entrada, por una maldita lesión, nos quedamos solos Romero y yo (Álvaro).
Con algo de enfado e impotencia por las circunstancias y nuestro mal momento de forma física, decidimos (bueno, ya lo habíamos decidido si esto ocurría…) entrar modificando levemente los objetivos y con toda la calma del mundo.
El plan, el siguiente:
Abastecer el vivac de -600 con lo mínimo que faltaba para pernoctar correctamente (lumigás, infiernillo, menaje, recipientes para víveres…)
Revisar las incógnitas de la punta de exploración en la vía fósil.
Topografiar la zona y conseguir la máxima cota de la sima.
Decidir qué incógnitas desobstruir o descartar.
Revisar alguna zona adicional si la zona de punta se bloqueaba.
Con estos propósitos y el potencial que nos quedaba, iniciamos el viaje a las 5 AM, preparando los dos petates más grandes que había en el grupo, llenos a tope pero sin demasiado peso y renunciando a poco de lo que nos hubiera gustado bajar. Como ya somos de confianza para la sima, llegamos pronto a la boca, pronto al primer vivac (donde dejamos algo y cargamos algo más de víveres) y a buena hora al segundo vivac. Allí almorzamos ligero, dejamos casi todo y cargamos lo justo para ir a punta.
Una vez en punta revisamos las incógnitas:
El pozo activo que inició Pepe Merino y puenteó Marta Font desde abajo: Aquí encontramos lo sospechado. Existe un pocito en la base del meandro por el que se pierde el agua. Hay continuidad evidente y quizá desobstruible con unos pocos golpes de maza. De momento no se le ha dado prioridad porque creemos que conecta con la caída de agua que llega a la punta actual. Habrá que confirmarlo en todo caso en algún momento.
Junto al último tramo de cuerda, quedaba algo que topografiar en la ancha galería colapsada que daba la máxima profundidad. Se revisó todo el contorno de la galería arañando tan solo unos pocos metros (-770).
En la punta más lejana quedaban 3 incógnitas
Un meandro que aporta agua desde el techo, que ya había trepado Romero y que continúa hacia arriba (el que creemos viene del pocito a desobstruir).
Un ramal fósil en la base, que confirmamos impenetrable tras unos metros.
Y un ramal activo que se lleva todo esa agua y que necesitará, al menos, una jornada completa de desobstrucción. La roca es dura y la galería es un laminador antiguo con un meandro tortuoso que profundiza casi un metro en su suelo. El agua se oye precipitarse tras unos metros de recorrido horizontal.
Como no podíamos hacer nada más en punta, retornamos 5 minutos al final de la fractura de rumbo este, de donde había sacado yo una piedra considerable el verano pasado. Ya había revisado el fondo de la diaclasa, de muy difícil progresión, con varios caminos diferentes y sin continuidad, pero por error, interpreté que reconectaba con el extremo de la piedra empotrada. Visto que no era así, continuamos con la desobstrucción, por turnos, con bastante tiempo y esfuerzo, hasta que conseguimos que colase sin jugármela (por lo estrecho) pero el resultado tampoco fue bueno. Apareció una pequeña sala colapsada e inestable con una única opción de continuidad aparente en una zona del techo entre bloques empotrados e inestables. Descartado.
El lunes resultó un día duro mentalmente, ya que todo se cerró y la única incógnita posible parece de mucho trabajo. En el regreso, tomamos la altura del pozo que aporta el “Río 2” dando 50 metros de desnivel. El diámetro no lo medimos, para la próxima, pero debe ser de al menos 15 metros.
Volvimos al vivac de -600 (-635 en realidad) cenamos frío y dormimos algo fríos también. A lo que se llamó Playa Antonio en un principio, ¡ahora también se le llama Groenlandia!
El martes decidimos ir a lo más evidente que quedaba: un pozo ascendente entre el Río 1 y el Río 2. La escalada parecía sencilla y corta.
Por el camino, con la calma que ha marcado esta entrada, fuimos capaces (sobre todo mentalmente) de pararnos a desobstruir una galería con bloques sueltos justo antes del Río 1, transitable, pero muy incómoda. Como creemos que se usará con cierta frecuencia, la hemos dejado más amplia a base de sacar bloques del suelo.
La escalada, como suele ocurrir, se hizo más larga y complicada de lo que parecía desde abajo. Romero en solitario, la resolvió sin grandes problemas en un rato razonable (aunque maldecía de vez en cuando). Resultó de unos 17 metros. Al final, llegaba a un bonito meandro de suelo llano y firme, similar al “Meandro Blanco” pero de menor tamaño. Tras unos pocos metros en horizontal apareció una encrucijada con 3 continuidades posibles a cual más atractiva.
Aquí se desató la locura: tras tantear las dos más evidentes vimos pozos ascendentes y descendentes en ambas de grandes dimensiones. Un poco sobrepasados por el panorama, dijimos: ¿Por dónde empezamos? Pues primero por uno, y después el resto…
Elegimos la vía que continuaba el rumbo que traía el meandro, por su gran amplitud. Tras pocos metros de galería ancha y aún más alta, aparece un pozo sobre nosotros de buen diámetro (unos 10 m) ¡y 60 m de altura! En la base, el pozo continúa hacia abajo otros 15 metros y recibe un aporte de agua desde otro pocito. Ahí se convierte en un estrecho meandro practicable. Como el pocito del agua es trepable, lo subimos y se hace impenetrable por dos continuidades: hacia arriba y de forma escalonada por el agua. La extrema estrechez de este aporte hace absurda su desobstrucción.
Volviendo abajo al meandro, lo seguimos y pronto se desfonda y desaparece en un pozo de grandes dimensiones. Por su tamaño, posición y lanzar agua al vacío, es probable que sea el Río 2. Comprobamos la profundidad aparente y sí, 50 metros. Retornamos, descargamos datos y se confirma la reconexión. Podríamos darnos la gozada de bajar el Río 2 por el pozo algún día, el pozo ascendente de 60 m podría reconectarse con la gran fractura a -560 m, pero sobre todo, esta zona nos da grandes esperanzas para continuar en la desobstrucción de punta. Esto se repite en la Sierra de las Nieves una y otra vez, pero aquí se hace increíble: ¿Cómo puede la sima hacerse impenetrable y después tan enorme en pocos metros de esa forma tan desconcertante?
Volvemos al cruce y tomamos la segunda incógnita. Tras unos metros de meandro mediano, se abre un pozo y alcanzamos una plataforma de aún mayores dimensiones. El pozo hacia arriba tiene unos 15 m de diámetro ¡y 70 m de desnivel! Esta plataforma es la base y el centro de un sector intermedio que reconecta también con un pocito entre el Río 1 y el Río 2, con la propia escalada realizada e incluso con la tercera incógnita que se revisaría más tarde. Zona de grandes volúmenes y sin ninguna galería en planta sobre el pozo de 70 m. Aunque parece todo comprobado, es interesante también para madurarla.
Por último, tomamos el tercer camino que era un meandro mediano de moderada pendiente hacia abajo. Conectaba pronto con la zona de la anterior plataforma, pero desde esta vimos que el meandro gira a la derecha a la vez que se desfonda. Esa incógnita, más laboriosa de alcanzar y aunque no tan llamativa, queda pendiente para otra entrada.
Muy satisfechos con lo encontrado, decidimos retornar con calma hasta el vivac de -400 para dormir más calientes y más cerca de la salida. Quedaba, como es lógico reinstalar el pozo escalado y ordenar todo lo dejado en el vivac de 600, así que con las escasísimas fuerzas que nos quedaban, llegamos a -400 a las 5 de la mañana. Tomamos sopa, algo frío y yo doble de pasta. Pudimos dormir unas 6 horas como la noche anterior y aún hacer un buen lavado de menaje y orden del vivac antes de iniciar la salida.
El ascenso también con calma y sin novedad hasta pilones. Puntuales y al límite para no volver a sacar frontales. Y en el retorno por Ronda, un nuevo sitio fichado donde vitaminar a deshora: La Buhardilla. Genial bocatería cerca de bomberos que cierra muy tarde. Sitio a tener muy en cuenta para estas actividades. También conviene llamar antes y pedir si no queremos esperar.